miércoles, 22 de octubre de 2008

24 Compostela se come Mérida

El obispo Gelmírez a finales del año 1118 envía a Roma al prior de San Zoilo intentando una vez más que el papa le haga arzobispo, el cardenal Deusdedit le da al prior una carta para Gelmírez citándole para el concilio de Auvernia y cuando Gelmírez cabalga con su escolta hacia el concilio se entera de que el Papa había muerto el 29 de Enero de 1119.
El hermano de Raimundo, Guido de Borgoña, como Calisto II sucede a Gelasio II en el papado y nuevamente fracasan los emisarios, el Papa no está dispuesto a trasladar la metropolitana bracarense a Santiago sin que intervengan los obispos comprovinciales; Calisto II emplaza a Gelmírez para el próximo concilio de Reims.

En este intervalo Alfonso Raimúndez envía un mensaje a su tío Calisto II por medio del arzobispo de Toledo quejándose contra el obispo Gelmírez que quería despojarle de la herencia de su abuelo. El Papa escribió a Gelmírez y le dijo claramente que si quería conseguir algo tendría que ayudar a su sobrino Alfonso para que fuese Rey de los reinos de su abuelo. La respuesta es inminente y Doña Urraca impide a Diego Gelmírez el viaje a Reims y tiene que delegar en Hugo, su amigo el obispo de Porto.

-Este Hugo era francés haciendo de arcediano en Santiago sin tener el Orden Sacerdotal y seguía diácono cuando es elegido obispo en 1112, hasta el 22 de Marzo de 1113 no le ordenan presbítero y es consagrado al día siguiente por el metropolitano bracarense Don Mauricio Burdino-.

Don Hugo disfrazado de mendigo emprende viaje cuando ya había finalizado el concilio de Reims dirigiéndose a la influyente y famosa abadía de Cluny donde se entrevista con el abad Poncio que hará de mediador con el Papa. Calisto II al fin accede en parte a los deseos de Gelmírez aunque no le quite a Braga el arzobispado pero le da a Santiago el de Mérida y las legaciones de Braga y Mérida ante la Santa Sede reaccionando rápidamente los metropolitanos Don Paio de Braga y Bernardo de Toledo que atendía a los pocos cristianos que quedaban en la iglesia emeritense dentro del terreno moro.

Don Paio se negó asistir al sínodo convocado por Gelmírez en 1121, recusa que el Papa después reconoció como justa exceptuando a la diócesis bracarense de la legacía de Compostela; después ambos obispos hicieron las paces reconociendo el de Braga la legacía e ignorando el de Santiago los terrenos que le tenía usurpados en Braga su arzobispo.

En la primavera de 1121 Doña Urraca acompañada de su hijo Alfonso con sus fuerzas y las de Gelmírez deciden penetrar en las tierras de la infanta portuguesa que actúa en sus dominios como verdadera reina. Invadieron los leoneses y gallegos toda la región portugalense metiendo en vereda a Doña Teresa y a su hijo Afonso Henriques que en Guimarães ha de claudicar y reconocerse vasallo de León. A partir de 1122 Alfonso Raimúndez está muy cerca de ser Alfonso VII, está adquiriendo la supremacía en sus estados . Doña Urraca se murió en Marzo de 1126.

Razzias cristianas por Extremadura y Alentejo

En Junio de 1131 llegan a Extremadura milicias salmantinas espetándose en Évora, acudió al auxilio Tasufin Ibn Ali con el gobernador de Córdoba Ibn Ganuna. Los moros sufrieron la derrota e Ibn Ganuna el presidio en Sevilla. Tasufin en su retirada atacó el castillo de Idaña a Velha, en las cercanías de Marvão devastando los alfoces badajocenses (crónica de Ibn Abi Zar). Debe ser una mala traducción, Tasufin se reorganizó persiguiendo a los salmantinos después de pasar el puente de Alcántara para atacar el castillo de Idaña y a la vuelta por Marvão castigar los castillos badajocenses que flaquearon ante el enemigo.

Los nobles salmantinos organizan nuevamente sus mesnadas y bajan al moro de Badajoz enfrentándose a finales de Enero de 1134 con los almorábides de Tasufin en Zalaca, y mira por donde, como la otra vez cayeron los cristianos fulminados por la media luna en vergonzosa derrota. Este año lo aprovecha muy bien Tesufin pues el 17 de Julio derrota a Alfonso I el Batallador en Fraga, volviendo desde Córdoba a Extremadura pues se le había colado otro ejército que iba a la capital andaluza, se encontraron en Vacar, entre Córdoba y Badajoz; fueron derrotados los cristianos y perseguidos hasta que se refugiaron en la Sierra de San Pedro a esperar poder pasar el puente de Alcántara, que mal guarnecido debía andar por aquellos entonces si es que había alguna guarnición, todo el mundo andaba de guerra y pillaje; los pueblos de la frontera se habían acostumbrado a sonreír en estéreo.

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