miércoles, 22 de octubre de 2008

26 Aparece la Orden de San Julián del Pereiro

La más antigua orden militar de España nació en tierras civitatenses por el 1156 (Calatrava lo hacía en 1158) junto a la rivera del rió Coa y al pie de una ermita advocada a San Julián del Pereiro. Eran un pequeño grupo de salmantinos capitaneados por Don Suero y aconsejados por el ermitaño del lugar hicieron allí mismo un fuerte. El obispo de Salamanca les dio la regla del Císter. Los caballeros de San Julián del Pereiro tenían que defender su espacio no solo del moro que podía llegar desde la Sierra, también de los portugueses como más tarde veremos.

En 1157 moría Alfonso VII el Emperador debajo de una encina y recibiendo sus últimos auxilios de manos arzobispal-toledanas. Repartió sus reinos: el de Castilla para Sancho III y León para el joven Fernando II. Ambos acatan los deseos de su padre en un principio, pero no acabaron igual que pronto aparecerían las eternas diferencias castellano-leonesas, zanjadas de momento con el Tratado de Sahagún en 1158 y donde se comprometen a no celebrar pacto con Portugal que se repartirían en cuanto pudiesen (de momento se repartían Extremadura que históricamente era parte de Lusitania), quedaban claras las líneas divisorias entrambos y lo que les correspondía a cada uno en tierras musulmanas. El 31 de Agosto de 1158 fallecía el rey Sancho III dejando como heredero a su hijo de tres años, el futuro Alfonso VIII. Se hace cargo de la regencia Fernando II.
Tratado de Celanova y Orden de Santiago

En 1160 acordaban los reyes portugués y leonés el Tratado de Celanova donde quedaba establecida la frontera en el río Coa y definido el terreno de conquista para cada cual. Mas tarde Fernando II se convertía en yerno de Afonso Enriques I casándose con su hija Doña Urraca, en un supremo intento de tranquilizar el lateral lusitano con quien no lo tenía nada claro y si lo estaba el espíritu expansionista de Afonso Enriques I quería recuperar Lusitania entera que consideraba suya por herencia de su abuelo Alfonso VI.

Aunque la orden de Santiago nace en mayo del año 844 como consecuencia de la batalla de Clavijo, en tiempos de Ramiro I se constituye canónicamente en la iglesia de Santiago el Real de los Caballeros en Logroño según Álvarez de Araujo. Pero será en 1160 cuando se alían con los canónigos agustinianos de Loyo, siendo su maestre don Pedro Fernández, señor de Fuente de Escalada. "Fue Don Pedro Fernández Hurtado el primer Maestre y fundador de la Orden de Santiago, comúnmente llamada de Fenteencalada, por ser de este pueblo en la diócesis de Astorga teniéndolo en señorío. También eran conocidos como Caballeros de la Espada".

Fernando II para defender mejor su frontera con los portugueses y la Transierra Occidental que tenía un tanto en el aire, refuerza en 1161 la antigua y casi deshabitada Ciudad Rodrigo, reedificada y poblada en 1100 por el conde Rodrigo González Girón, la que concediera su padre Alfonso VII al concejo de Salamanca y al obispo Berengario por su defensa contra los moros y que ya se guardaron bien los de Salamanca de que esta ciudad no les hiciera ningún tipo de competencia, teniéndola muy descuidada y en práctico abandono. Este año el 30 de marzo de 1161 Afonso Enriques I asalta y ocupa Badajoz pero los almohades la recuperan enseguida.

Tutoría de Alfonso VIII

La tutoría del jovencísimo rey de Castilla Alfonso VIII había quedado por deseo de su difunto padre en manos de Gutierre Fernández de Castro lo que enfrentó a esta familia contra la de los Lara. La cuestión motivó un peligroso asunto de Estado. Fernando II se impuso en 1162 cortando por lo sano; en 1163 tenía la tutela del niño y la regencia castellana entre tanto Alfonso VIII alcanzaba mayoría de edad.

El rey completó su estrategia de apoyo a los pocos habitantes de Ciudad Rodrigo concediéndoles fuero y restaurando su silla episcopal. Esto motiva que al año siguiente se sublevaran contra él los salmantinos ayudados por seguidores del partido de los Lara en Avila, enemigos acérrimos del rey Fernando II; tenían por capitán a Nuño Serrano, alias Nuño Rabia. Se dirigieron contra Ciudad Rodrigo con fatales intenciones pero poco trecho anduvieron los sediciosos y en un valle al sur del Tormes llamado de Valdemuza, fueron encontrados por las tropas reales sufriendo un descalabro ejemplar. Luego pusieron los de Salamanca recurso al Papa Alejandro III que trasladó la decisión del problema al arzobispo de Santiago Pedro Gurdistéiz, este apoyó las tesis Reales y por ello Fernando II desde Atienza le entrega el señorío de Coria (2 de febrero de 1163).

Los freyres del Pereiro a pesar de que sus reglas les impedían guerrear contra cristianos, hubieron de romperlas en la batalla de Argañán (entre los ríos Turones y el Águeda), al lado de Fernando II y contra el infante portugués Don Sancho que había invadido las tierras del Pereiro. En La Crónica de Alcántara dice que no eran portugueses sino moros al servicio de don Sancho.
Caballeros de Montegaudio y los de Santiago

Algunos dicen que la Orden de Montegaudio nació en Jerusalén al amparo del Temple pero lo cierto es que se desarrolla en Aragón y en Castilla tomando aquí el nombre de Monfrag porque su maestre don Rodrigo Álvarez de Sarria era caballero de la Espada y por tanto aliado y socio de don Pedro Fernández de Fuenteencalada.

Fernando II tenía un pasillo para llegar a Coria por la calzada romana de la Guinea, los caballeros de Montegaudio con su maestre el conde de Sarria tenían controlada la zona oriental castellana de la Calzada desde su castillo de Segura (de Toro), los cofrades de la Espada con su maestre Fuenteencalada atienden la raya mora de la Trasierra Occidental fortificándose en Granada (Granadilla), Palomero, Santa Cruz y Atalaya, guardando el pasillo de Coria en plena frontera con los moros de Portezuelo, Ceclavín y la Sierra de Gata.

Los caballeros de Santiago de la Espada habían nacido con la bendición del arzobispo compostelano y protegidos especialmente por Fernando II que se considera su primer caballero. A ellos se asoció el conde de Sarria con sus freires de Montegaudio no sabemos cuando pero debió ser por estas fechas o poco después, estos llegaron hasta un lugar que se llamaba o llamaron Ambroz donde construyen la iglesia de Santa María en el camorro fortificado sobre el río Xerete (Jerte).

Gerardo Sem Pavor

El personaje encaja indiscutiblemente en el rol de los héroes lusitanos y sus movimientos se ciñeron a la liberación de su espacio invadido, Trujillo o Évora daban igual y los tratados en Celanova de su Rey con el Leonés sobre los linderos pactados poco le afectaron, sus genes le llevaban al viejo espacio de la Lusitania antigua y allí quienes vivían eran moros.
El cronista árabe Ibn Sahib al-Sala describe la estrategia de Gerardo: "Caminaba en noches lluviosas muy oscuras, de fuerte viento y nieve, hacia las ciudades y había preparado sus instrumentos de escala de madera muy largas, que sobrepasasen el muro de la ciudad, aplicaban aquellas escaleras al costado de la torre y subía por ellas en persona el primero, hasta la torre y cogía al centinela y le decía: `Grita como es tu costumbre´, para que no lo sintiese la gente. Cuando se había completado la subida de su miserable grupo a lo más alto del muro de la ciudad, gritaban en su lengua con un alarido execrable, y entraban en la ciudad y combatían al que encontraban y le robaban y le cogían a todos los que había en ella cautivos y prisioneros".

En 1165 este guerrillero portugués se lanza a la conquista de Trujillo y otras fortalezas moras; nos lo cuenta Aben Sahibis Salat: "... en Yumada (entre Abril y Mayo), segunda de la Hégira 560, fue sorprendida la ciudad de Toryala, y en Diskada (entre Septiembre y Octubre 1165) la notable villa de Jeburah. También la población de Cáceres en Safar (a finales de Diciembre) de 561 y el castillo de Muntajesh en Yumada (Marzo 1166) y los fuertes de Severina y Jelmaniyyah".

Pocas defensas debieran tener Trujillo, Évora, Cáceres y Montánchez cuando fueron tomadas por los portugueses con tanta facilidad. Sus habitantes que por estos tiempos de bandidaje hacían razzias en tierra de cristianos, recibieron respuesta con su propia filosofía y en manos portuguesas que les cortan el merodeo de cuajo, de nada les sirvieron sus fuertes murallas y ahora quien se enriquece es el zoco cristiano.

La incursión de los portugueses en Trujillo pone sobre aviso a Fernando II que rápida y oportunamente envía a Fernando Rodríguez de Castro, su Mayordomo, que inicia una descubierta hacia Trujillo desde Xerit (Plasencia) para con la misma filosofía intentar quitarle al portugués estas tierras que no les corresponde conquistar según el tratado de Celorino.

Al año siguiente el de Castro no figura como mayordomo real que lo es el conde de Urgel don Armengol y ello prueba que Fernando Rodríguez también conocido como el Castellano ha salido a la caza del portugués y a preparar la ofensiva que al año siguiente (1166) iniciará Fernando II desde Coria contra Alcántara para romper la frontera del Tajo.

Vadeó el Tajo por Monfragüe y seguramente que negoció con los de la fortaleza pues él iba en busca de Gerardo Sempavor; siguió hacia Trujillo evitando los castillos intermedios y seguramente pactando con la población bereber pues su meta oficial eran los portugueses y observar las fuerzas musulmanas que había de cara a la futura invasión, morerías bien mermadas en estos tiempos de decadencia islámica.

D´el, de Castro, no sabemos si tomó Trujillo y las demás plazas a los portugueses algunos autores lo afirman y si las conquista las vuelve a perder pues en 1169 veremos como están en manos de Gerardo incluido Monfragüe.

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