miércoles, 22 de octubre de 2008

27 Reconquista de Alcántara

En 1166 Coria estaba en manos de Fernando II que la había integrado como señorío a la Iglesia de Santiago, su obispo dependía de la Sede Compostelana y el territorio que regentaba estaba muy limitado pues en la Trasierra estaban los moros y a duras penas se pasaba al Norte por el valle del Árrago, era más seguro ir por Galisteo que hacía frontera con Castilla en la vieja calzada romana de Mérida a Astorga.

Portezuelo, Ceclavín, Canchos de Ramiro, Racha Rachel, Sequeiros, Milana, Bernardo, Salvaleón, Eljas y Jálama-Trevejo eran la cuña militar árabe formando el frente de defensa de Alcántara. La oposición de los castillos del Norte no molestaba demasiado a Coria, más preocupados sus habitantes de controlar lo que les podía venir del Sur, del otro lado de los Cuestos donde los moros ocupaban prácticamente el valle de la Fresnedosa que defendían desde Portezuelo y Ceclavín.

Almenarella (Gata) era menor preocupación de los moros cuya verdadera consigna de la estrategia momentánea era defender Alcántara y es posible que estuviera en manos mahometanas cuando entró Fernando II desde Ciudad Rodrigo, pero la abatió fácilmente; el trabajo más duro eran los castillos occidentales de Eljas, Trevejo, Salvaleón, Sequeros y Benavente y contra los que envía directamente a los Caballeros Templarios en paseo triunfal.

Ese mismo año el Rey, auxiliado por el obispo de Coria Don Suero, los Templarios y el Conde Don Armengol de Urgel (nuevo Mayordomo Real) rompieron el frente por Ceclavín rindiendo la fortaleza del Puente fácilmente.

Alcántara quedó bajo la jurisdicción episcopal de Coria para Don Suero y al Conde Don Armengol le entregó la villa y sus términos "como los partía con los moros por la sierra de San Pedro". Después de asentar bien la población marchó contra los portugueses que habían atravesado la raya marcada por el Tratado de Celorico.

En el año 1167 el rey Fernando tiene en su poder toda la Transierra, ha pasado el Tajo conquistando Alcántara; asienta sus conquistas entregando a la Orden del Temple las fortalezas de Trevejo, Bernardo, Sequeiros, Milana, Almenarella, Portezuelo y Alconetar.

Fernando Rodríguez de Castro y el Califa

Ante tanto descalabro en Extremadura el califa almohade envía en 1168 a Abu Hafs forzando la marcha desde Marrakech. En Sevilla se entrevista con Fernando Rodríguez de Castro que acude a parlamentar haciéndose cargo de echar a los portugueses de Extremadura. No figura en los documentos Reales de 1168, se fue a Marrakech desde Sevilla siendo huésped del califa Abd al-Mucmin con el que llegó al acuerdo de quedarse con las fortalezas de Toryala a cambio de la defensa territorial. El walí de Badajoz Aben Habed se convirtió en sufraganeo de Fernando II como consecuencia de esta visita.

Este año de 1168 Fernando II dona Coria a los Templarios desde Alcántara y en el documento no figura confirmando Fernando Rodríguez de Castro porque está en Marruecos, tampoco en el documento anterior del mismo año y lugar, en que cambia a la iglesia de Compostela Coria por la villa de Cuntis y otras, sin embargo si figura el conde Rodrigo de Sarria, maestre de Montegaudio-Monfrag y caballero de la Espada.

Los Señores de Castrojeriz

Los Castro proceden de la villa de Castrojeriz (Burgos) tomando el apellido de esta villa por señorío, don Fernando Ruiz estaba casado con María Ansúrez; fueron padres de don Gutiérrez y don Rodrigo Fernández de Castro, aquel se opuso a la boda de la reina doña Urraca con Pedro González de Lara al que hizo prisionero en 1139.

Gutiérrez Fernández de Castro en 1142 acompañaba al rey Alfonso VII en la toma de Coria, fue Tenente de Soria, Calahorra y Arnedo además de ser amo/ayo del pequeño don Sancho y después del infante don Alfonso VIII. Su hermano Rodrigo Fernández de Castro fue alcalde de Toledo y combatiente en Serpa y Silvia, de esta última población dicen los Anales Toledanos que volvió con diez mil cautivos; acompañó al Emperador Alfonso VII en la algara de 1138, en 1139 lo tenemos en el sitio de Oreja y en 1142 tomando Coria.

Sucede a don Gutierre, no tuvo hijos, su sobrino Fernando Rodríguez de Castro y sus hermanos (aproximadamente en 1161). Fernando figuró en Castilla, León y con los musulmanes, seguramente por su enemistad con los Lara. Fue Tenente de Salamanca, Zamora, León y Asturias. Además tenía la villa y castillo de Zorita de los Canes defendida por López de Arenas al que asesinó su criado Dominguejo de acuerdo con Alfonso VIII (contaba este rey entonces catorce años) que tenía asediada la fortaleza y no podía tomarla. En 1169 el Rey castellano le hizo huir de Toledo que poseía en nombre de su rey Fernando II de León... Cinco años después (1174) Alfonso VIII entrega Zorita de los Canes al maestre de Calatrava don Fernando Escaça...

Batalla de Badajoz

En guerra contra su suegro Alfonso Enríquez, Fernando II trataba de contener sus tropas en la frontera de Galicia, pero un mensaje le avisa que el rey portugués auxiliado por Gerardo Sempavor habían entrado en Badajoz teniendo a los moros aislados en la alcazaba. La Crónica atina de Castilla nº 10 dice que Fernando Rodríguez de Castro en esta batalla fue quién prendió al bandido Gerardo Sempavor que hubo de entregarle a cambio de su libertad Montagy, Trugellum, Sancta Crux y Monsfragüe que habían tomado nuevamente.

Dice la Crónica de la Orden de Alcántara que los caballeros del Pereiro estuvieron en la contienda pero no entraron en combate contra los portugueses quedándose en retaguardia y solo fueron al quite contra unos moros que se enfrentaron a las tropas leonesas. También estuvo con el Rey en la campaña de Badajoz el futuro Maestre de Santiago Pedro Fernández Hurtado el de Fuenteencalada, que junto a Fernando II toma Cáceres a la vuelta quedándose a su cuidado; funda la Congregación de los Fratres de Cáceres el 1 de agosto de 1170, estos caballeros se llamaron también de la Espada, tal era su símbolo simulado en una cruz roja.

Cuentan que esta hermandad de los Caballeros de la Espada la fundó personalmente en 1169 Fernando II con su amigo y Señor de Fuenteencalada (población de la diócesis de Astorga). "El rey don Fernando fue tan insigne protector de esta Orden que es reconocido por sus primeros caballeros como padre y fundador...". Otra nota: "Les había dado sitio para la primera casa de la Orden. Señalósele en Cáceres, frontera de los enemigos de nuestra religión, de donde los primeros freyres se dijeron: Fratres de Cáceres, Congregatio de Cáceres o Seniores de Cáceres. Concedioles también las primeras heredades que poseyeron en tierras de Astorga, en la Extremadura y en la ribera del Tajo". (Historia de la Ciudad y Corte de León y de sus Reyes por M. Risco).

Fernando Rodríguez de Castro, El Castellano

Las huestes de Fernando Rodríguez de Castro, llegaron a Trujillo este mismo año de 1169 haciéndose cargo oficialmente de la ciudad y castillo por el tratado con el califa y la entrega de Gerardo Sempavor en Badajoz, igual hicieron con las fortalezas de Monfragüe, Montánchez y Santa Cruz. La fortaleza de Monfragüe se puso en manos de los caballeros de Montegaudio cuyo maestre era caballero de la Espada. (Dicen las Fuentes Musulmanas en el Anónimo de Madrid y Copenhague que Fernando Rodríguez de Castro tuvo el señorío de Trujillo desde 1169 hasta 1195, cuando llegó el sultán de Sevilla Almansur).

En 1170 tiene que volver a Badajoz Fernando II y poner orden pues Gerardo Simpavor seguía acosando la ciudad, su presencia fue suficiente para espantar al bandido portugués. Este año Fernando II puebla la villa de Granada que después sería Granadilla. Perfecto baluarte que defiende el alto valle del Alagón.

En enero de 1171 el arzobispo de Compostela Don Pedro ingresa en la Orden de los Caballeros de Santiago de la Espada, recibiendo del arzobispo la mitad de los ingresos de los votos del Apóstol en Zamora, Salamanca, Ciudad Rodrigo con sus términos y en la Trasierra, y a su Maestre Don Pedro Fernández de Fuenteencalada reconoce como canónico de su Catedral jacobeo-emeritense; Fernando II al mismo tiempo les da Cáceres y Monfragüe, esta última "...quid est in ripa Tagi in frontera sarracenorum..." (La concesión es teóricamente a Santiago pero quienes tienen la fortaleza son los de Montegaudio, tal vez por que su maestre es caballero de la Espada, por fraternidad); además les concede el valle de Albuera, Luchena, Cantillana y el castillo de Montemayor junto a Cala. El Rey hace estas concesiones en el castillo de Xerit y le acompañaban el maestre don Pedro Fernández de Fuenteencalada, el arzobispo de Compostela, los obispos don Juan de León. Don Fernando de Astorga, don Esteban de Zamora, don Pedro de Salamanca, don Adán de Orense y don Pedro de Coria.
Xerit será la futura Plasencia

Es muy interesante el lugar donde Fernando II firma el anterior documento, Xerit. Veremos como este topónimo aparece después en 1197 citado en el deslinde de Almenarella y Santa Cruz que Fernando II cita en su donación al conde de Urgel don Armengol: "...por el camino de Almazzayde el cual viene de los confines de Xerit..." y también: "...según va del Guijo y Xerit a la Athalaia de Cajabuyo...". Coincide perfectamente con el deslinde y se puede ver en el documento que ponemos en su tiempo correspondiente Y es normal que ande por estos lares el rey Fernando II, a meter en cintura a Nuño Rabia y sus abulenses cuando se entera de sus andanzas y peronias con los paisanos de Ávila (del bando contrario, Laras y amiguitos de su sobrino Alfonso VIII).

Tal vez aquí coincida el suceso que cuenta en su manuscrito José María Barrio y Rufo citando al padre fray Luis de Ariz:

"Que sucedió en Ávila y su obispado haber mandado un caballero, que tenía una torre y castillo, gente de guerra de la ciudad de Plasencia y de la villa de Béjar, para entregárselos, porque el concejo de Ávila lo quería prender. El caballero era Nuño Rabia, natural de Ávila, de la familia de los marqueses de las Navas".

El rey don Fernando de León, que fue el que edificó Ciudad Rodrigo el año 1170, andaba muy indignado con Nuño Rabia (No olvidemos que este personaje ya tuvo un fatal encuentro en 1163 con Fernando II cuando llegó con sus gentes de Ávila ayudando a los de Salamanca para ir contra los de Ciudad Rodrigo siendo derrotados por el rey) y otros vasallos suyos.

El Nuño Rabia se hizo fuerte con otros amigos en el castillo de Peñaflor, donde se le reunió como amigo Martín Martínez Malo, que después fue freire de Calatrava.

Habiendo salido un día de caza Nuño Rabia, vuelto de ella, Martín Martínez Malo no le permitió entrar en el castillo. Visto su proceder por Rabia, pasó al puente del Congosto y se apoderó de sus torres. Y acto seguido pidió socorro a los concejos de Plasencia y Béjar. Y les decía que, si lo auxiliaban, se los entregaría.

Tal luego como los concejos de Plasencia y Béjar recibieron el aviso, montaron a caballo con sus enseñas alzadas y se dirigieron para referido punto y tan a la ligera que, en día y noche que recibieron el aviso, anduvieron catorce leguas, de suerte que al siguiente día eran ya en compañía de Nuño Rabia y señores de expresadas torres. Estas estaban seis leguas de Burgohondo, que aquí llaman Abadía.

Los de Ávila recibieron noticia de lo hecho por Rabia y sin demora salieron para quitárselas. Pero su obispo Domingo Blasco los siguió, con objeto de evitar todo choque. Para su consecución habló a sus abulenses, quienes le pidieron se presentase a Nuño Rabia y demás, e intimase al momento les entregase las torres y abandonasen la tierra de Ávila. De lo contrario estaban dispuestos ha hacerles mucho mal.

Así lo hizo el obispo, pero no le quisieron atender y sí le mandaron que, si en el instante no marchaba, le herirían en la corona. Por cuyas palabras tan desatentas el obispo, enfadado, les dijo: Dios os quebrante tanta soberbia y orgullo.

La pelea se realizó; la que fue grande y hubo gran mortandad. Después de la cual se hicieron amigos y Nuño Rabia entregó las torres a los de Ávila. Y los concejos de Plasencia y Béjar se volvieron a sus casas con honor.

Dicho obispo Domingo Blasco murió el año de 1182. Así lo dice el maestro Gil González Dávila, en el libro I, capítulo 7, de su historia de Ávila.

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