miércoles, 22 de octubre de 2008

15 Llegan los moros

En el 711, dieciocho años después del XVI Concilio de Toledo entran los moros en España y tres años después el obispo de Coria galopa hacia Asturias; el 30 de junio del año 713 cae Mérida en manos de Musa. Es la desbandada de los altos cargos, los beréberes ocupan las tribunas de los fugitivos rehaciendo el territorio con la población autóctona que acata a los vencedores, no supuso demasiado sacrificio pues los tiempos anteriores eran catastróficos.

En un primer momento Don Rodrigo y sus restos se hacen fuertes en las sierras de Gata y Hurdes hasta que los moros conquistan el castillo de Trevel y Zambrano sobre la Bolla Grande, la retirada fue por el valle del Árrago y la Zambrana nos recuerda la zambra que debió haber por estos pagos. El rey Rodrigo cayó en Tamames de la mano del hijo de Meruan, el general que mandaba las tropas moras. Los cristianos rescataron los restos del último rey godo llevándoselo hasta la sierra de la Estrella, en Viseu se encontró Alfonso III de León la lápida de su sepulcro.

Durante el reinado de Alfonso I (739-757) hubo una gran sequía y hubieron los beréberes mesetarios de abandonar las tierras recien colonizadas. Ello permitió los primeros repoblamientos en el yermo salmantino y avance cristiano en sus razzias hasta más allá del Tajo.

Guerra Santa

En el 768 un marabú bereber lusitano-miknasa, Sakya Ibn Abd al-Wahid, que se hacía llamar Abd Allah y decía descender del Profeta, junto a Sofian ben Abdul Weid al-Fatimí con otros beréberes generan una revuelta religiosa contra emir Omeya Abd al-Rahman I. El emir nombra administrador de Santaver, guarida y nido de aguilas del sedicioso Sakya, a Sulayman ben Utman al que Sakya bate y ejecuta. Hace adeptos entre los beréberes y a finales de año toma Coria.
Al año siguiente llega hasta Coria Abd al-Rahman I y el marabú Sakya huye a siete u ocho leguas de la ciudad, sobre las zonas serranas, por el río Aldovara ¿? haciendo guerrilla frente a los ejércitos del emir. En el año 770 hace campaña política entre los beréberes del río Guadiana y con un buen ejército de adeptos sorprende y mata al walí en Mérida. Al año siguiente derrota a los ejércitos de Córdoba mandados por Abu Utman Ubayd Allah y otra vez lo tenemos en el Guadiana cargando sobre los Hawwara de Medellín, atrae con engaño a su gobernador matándolo.

En el año 774 vuelve Abd al-Rahman I a Extremadura, sube hasta Coria haciendo una espantosa carnicería por el territorio, Sakya consigue escapar hasta refugiarse por tierras egitanienses en la fortaleza de Castelo Branco. Después vuelve a su refugio de Santaver. Su aventura termina en el 776 cuando el emir envía contra él a Abu Utman que le asedia en Sopetrán, huye a Santaver y allí le cortan la cabeza que envían a Córdoba.

En el gobierno de Mérida Abd al-Rahman pone a su hijo Hisam que ha de abandonar el waliato ante la muerte de su padre el 7 de Octubre del 788 para hacerse cargo del emirato en Córdoba y afrontar las sublevaciones de sus hermanos Sulayman y Abd Allah que hubo que reducirlos y enviarles a Marruecos. Murió al año siguiente y heredó el trono andalucí su hijo al-Hakam I.

Su tío Sulayman volvió del moro para combatirle intentando inútilmente levantar a los beréberes contra al-Hakam I, se refugió en Mérida a primeros del año 801 y el walí Asbag Ibn Wansus, un miknasa, capturó y ejecutó a Sulayman enviando su cabeza al emir.

Malamente agradeció al-Hakam I los favores prestados por el walí emeritense pues en el año 806, en Mérida ya había otro gobernador, el miknasa Asbag Ibn Wansus se levanta contra el emir que viene apresuradamente a Mérida con sus ejércitos, pero ha de volverse a Córdoba pues allí se le inicia otra rebelión. Hasta el 813 no acaba la sedición emeritense, año de sequía y hambre.
La condesa Teudosinda y el conde Grimaldo

Cuenta Sánchez Cabañas en su historia de Ciudad Rodrigo, que el rey Alfonso I ayudado entre otros del caballero francés Teobaldo Montesinos consiguió apoderarse de Salamanca y Ciudad Rodrigo. El Rey dio al caballero gabacho Ciudad Rodrigo y allí se fue a vivir con sus gentes. Estos galos venían huyendo a España de Carlos Martel que era tío de Teobaldo; le acompañaban además del personal guerrero, su madre la condesa Teudosinda y los restos de su padre el conde Grimaldo (de ahí Fuente Guinaldo).

"En su huida a España, la gran Teudosinda trajo consigo el cadáver de su esposo el conde Grimaldo; dueña y señora de buena parte de la Transierra, mandó edificar, para darle sepultura, un bien acondicionado convento, que puso bajo la advocación de San Juan Bautista..." y este lugar era San Juan de Máscoras o Mascules, hoy Santibáñez el Alto (G. Velo).

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