Sus bascas fueron, fenicias, tartésicas, púnicas, romanas, visigodas y moras antes de cristianarse definitivamente; su ley la partida, su realidad la vuelta y su cordura una Salve a la fenicia a la diosa de la Guerra, la Bellona Oriental de las legiones, la Virgen de piedra victoriosa entre moros y cuidando a sus freyres cistercienses que para ello le dedicaron un templo arquetípico y solar de propia transcendencia.
Las cancheras graníticas que rodean el Cerro do se asienta Trujillo sirvieron de vivac a los primeros cazadores que osaron pisar estos andurriales feraces, cubil de felinos, lobos, osos y otras especies más nutritivas e inofensivas que permitían la vida entre tan peligrosa competencia.
Se alza en la solana de un monte y sobre una cabeza de zorro que colocaron los fenicios para edificarla, en las rutas antiguas y visitada por ejércitos, trovadores, comerciantes, santones y ganaderos... circuló el oro y la plata en las bolsas de tanto viajero perdido por su encrucijada o borracho de aventura ibérica.
El Zorro es nombre definitorio de sus gentes: astutas, mercantiles, religiosas y militares; pero antes que nada fueron cazadores y pastores ceñidos al berrocal que rodea un epicentro pétreo, donde el agua fue principio de toda la vida desarrollada a lo largo de historias increíbles. Hoy podemos decir que es un territorio con argumento y lo prueba tu presencia viajera delante de este artefacto virtualizador de sueños y clarificador de la urbe que tienes ante tus narices.
Un río subterráneo atraviesa el Cerro de Sudeste a Noroeste conteniéndose en un rico acuífero que hace manar el agua artesiana a gran altura, en el pozo del Castillo, en el Aljibe Altamirano, en La Alberca o en la casa del Inglés; todo ello permite la habitación intramuros aguantando asedios.
Sus primeros vivientes dieron gracias a los dioses por tal comodidad levantando el Templo arquetípico e invariable; como defensa y vigilancia elevan la Torre, para lanzar lejos su mirada, que rodearán con tres recintos murados en tiempos galo-ibéricos, pues aquellos dieron nombre: Tur-Galium... acabando como más de media España, en celtibérica lucha frente a Roma con Púnico, Cauceno o Viriato, héroes del indigenismo unificado y al final domesticados por el progreso del nuevo imperio que está naciendo alrededor de la idea romana. Augusto integra Turgalium en la nueva capital de Lusitania como prefectura...
Las cancheras graníticas que rodean el Cerro do se asienta Trujillo sirvieron de vivac a los primeros cazadores que osaron pisar estos andurriales feraces, cubil de felinos, lobos, osos y otras especies más nutritivas e inofensivas que permitían la vida entre tan peligrosa competencia.
Se alza en la solana de un monte y sobre una cabeza de zorro que colocaron los fenicios para edificarla, en las rutas antiguas y visitada por ejércitos, trovadores, comerciantes, santones y ganaderos... circuló el oro y la plata en las bolsas de tanto viajero perdido por su encrucijada o borracho de aventura ibérica.
El Zorro es nombre definitorio de sus gentes: astutas, mercantiles, religiosas y militares; pero antes que nada fueron cazadores y pastores ceñidos al berrocal que rodea un epicentro pétreo, donde el agua fue principio de toda la vida desarrollada a lo largo de historias increíbles. Hoy podemos decir que es un territorio con argumento y lo prueba tu presencia viajera delante de este artefacto virtualizador de sueños y clarificador de la urbe que tienes ante tus narices.
Un río subterráneo atraviesa el Cerro de Sudeste a Noroeste conteniéndose en un rico acuífero que hace manar el agua artesiana a gran altura, en el pozo del Castillo, en el Aljibe Altamirano, en La Alberca o en la casa del Inglés; todo ello permite la habitación intramuros aguantando asedios.
Sus primeros vivientes dieron gracias a los dioses por tal comodidad levantando el Templo arquetípico e invariable; como defensa y vigilancia elevan la Torre, para lanzar lejos su mirada, que rodearán con tres recintos murados en tiempos galo-ibéricos, pues aquellos dieron nombre: Tur-Galium... acabando como más de media España, en celtibérica lucha frente a Roma con Púnico, Cauceno o Viriato, héroes del indigenismo unificado y al final domesticados por el progreso del nuevo imperio que está naciendo alrededor de la idea romana. Augusto integra Turgalium en la nueva capital de Lusitania como prefectura...
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